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La historia detrás del vino chileno

Actualizado: 26 ene 2021

¿Cómo fue que Chile se convirtió en una de las más importantes capitales del vino a nivel mundial?


Aunque se trata de una historia más joven que la de sus pares europeos, es muy interesante y llena de episodios que -con los años- convirtieron al país en un protagonista de la industria vitivinícola.


Gracias a las excelentes condiciones climáticas y a las grandes inversiones extranjeras, el vino tinto de Chile es uno de los más cotizados del mundo. 


La llegada de los españoles trajo las primeras vides


Este viaje histórico comienza alrededor del 1550 con la llegada de los españoles, quienes introdujeron el consumo personal del vino. Junto con el olivo y el trigo, la vid formó parte de las costumbres culinarias de los europeos colonizadores. Una tierra bondadosa y próspera -y un clima propicio- fueron factores determinantes para que las primeras viñas cimentaran un camino que perduraría en el tiempo.


Para la iglesia Católica, el vino es una parte importante de la eucaristía, por lo que su cultivo se expandió rápidamente por el recién colonizado territorio de Chile por los sacerdotes.


De hecho, se cree que el fraile Francisco de Carabantes introdujo la variedad negra de uvas (País) en los alrededores de Concepción.


Por su parte, el conquistador Francisco Aguirre también tuvo mucho que ver con el cultivo del vino chileno: en 1551, Aguirre se convirtió en el primer viticultor y viñatero de la ciudad de Copiapó.


Con la independencia llegaron nuevos cambios. Los chilenos viajan con más frecuencia a Europa y los expertos vitivinicultores de la época pronto se dan cuenta de las bondades de estas tierras, especialmente la Región Central, para hacer crecer las vides. En esta etapa se introducen cepas francesas como el pinot, merlot y cabernet, entre otras. 


Años de turbulencia


Debido a los conflictos internos acaecidos durante la década del 70, la producción de vinos chilenos decae considerablemente.


Durante la dictadura -y frenando el proceso de nacionalización impulsado por Allende- los viñedos fueron devueltos a las familias históricas, pero muchos de estos fueron destruidos a mediados de los años 80.


Con el retorno a la democracia, la industria internacional del vino se fijó de nuevo en los vinos de Chile. Países como Estados Unidos, España, Francia y Japón invirtieron importantes sumas de dinero y conocimientos en la producción del vino chileno, lo que permitió recuperar buena parte de los viñedos, pero esta vez haciendo uso de las nuevas tecnologías.


El vino chileno hoy


La producción de vinos ha recuperado su auge por la calidad del producto, sus precios competitivos y las variedades que se pueden encontrar en el territorio, como la uva tipo carmenere, que se creía extinta por muchos años.


Por su excelente calidad, Chile es hoy el primer exportador de vinos del nuevo mundo y el cuarto a escala internacional.


El vino tinto chileno sigue en la conquista de más mercados. Son pocos los paladares que pueden resistirse a un exquisito vino  tinto chileno.


Nuevos territorios -como China y Brasil- han visto un incremento de la venta de vinos chilenos, creciendo la demanda en un 9,4% y un 6,6%, respectivamente en 2018.

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